Tras dos meses de protestas antigubernamentales que han dejado 39 muertos en Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro y la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) acordaron esta semana comenzar un diálogo con el apoyo de la Unasur y el Vaticano.
“Hay unos acuerdos que hemos alcanzado, uno se refiere a la decisión de dialogar en términos mutuamente respetuosos y de igualdad, y de hacerlo frente a todo el país”, dijo a la prensa el secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, tras celebrar una “reunión preparatoria” con una delegación del gobierno encabezada por Maduro.
Este encuentro, sin precedentes en el gobierno de Maduro, fue realizado en la sede de la cancillería venezolana gracias a los buenos oficios de una delegación de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que realiza su segunda visita a Venezuela en menos de un mes en un esfuerzo por propiciar el diálogo.
Además de avenirse a conversar, las dos partes estuvieron de acuerdo en transmitir en vivo la primera reunión de diálogo. Esa reunión podría celebrarse el miércoles o el jueves. Aveledo, por su parte, no aseguró ninguna fecha porque, según dijo, aún debe discutir los pormenores con el pleno de la alianza.
Los delegados de las dos partes también pactaron contar con un tercero de buena fe que Aveledo calificó de “compuesto”, pues incluirá a los cancilleres de Brasil, Ecuador y Colombia, junto a un enviado del vaticano. Sobre este, el vicepresidente Arreaza adelantó que podría tratarse del actual Nunzio en Caracas, Aldo Giordano.
En el cónclave participaron, de parte del Gobierno, el presidente Maduro y su esposa, el vicepresidente Arreaza, el canciller Elías Jaua y el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez. Por la MUD asistieron Aveledo, el gobernador del Estado Lara, Henri Falcón, y el dirigente del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), Omar Barbosa.
Varios partidos de la oposición -entre ellos Voluntad Popular, Copei, Causa R y Proyecto Venezuela- se abstuvieron de participar aduciendo diferentes razones, como la falta de condiciones o la espera por un mediador más confiable. Estas renuencias son un aviso de las dificultades que de antemano enfrenta el proceso por la suma desconfianza que se tienen entre las partes. Las sospechas alcanzan también al facilitador inicial, Unasur, al que parte de la oposición percibe a favor del gobierno.
La misma disposición de la MUD a sentarse a conversar con el Gobierno parece destinada, paradójicamente, a precipitar un cisma en el seno de la alianza opositora. El ala más radical de las fuerzas de oposición, creada en torno al movimiento de La Salida —que se sumó y potenció las protestas de origen estudiantil en la calle—, considera que la apertura de Maduro al diálogo es un signo de su fragilidad y que participar en él equivale a regalarle tiempo al Gobierno para que se recupere.
La diatriba se vio con claridad en las redes sociales, donde desde el lunes les llueven epítetos como “traidor” y “colaboracionista” a los dirigentes que en sus cuentas de Twitter se manifiestan a favor de la conversación. Dos de los más destacados líderes juveniles de la revuelta, Gaby Arellano y Villca Fernández, ambos vinculados al partido Voluntad Popular (VP), se declararon “no representados por la MUD”.
Las tensiones intestinas de la oposición, cada vez más difíciles de ocultar y de restañar, ya cuentan como un tanto a favor de Maduro, quien además recupera con la llamada al diálogo parte del crédito político perdido ante la comunidad internacional en ocho semanas de represión. Pero en la columna del “debe” ahora apunta la internacionalización del conflicto y la admisión de que no hay institucionalidad nativa capaz de resolverlo.
Arreaza y Aveledo coincidieron en que el marco de referencia para las conversaciones queda preestablecido en la Constitución vigente desde 1999.
Adelantándose a las críticas desde su propio bando, Aveledo se apresuró a dar seguridades de que en el espíritu de la delegación opositora priva la atención a la causa del movimiento estudiantil que permanece protestando en las calles. “Uno de los asuntos que más nos ha preocupado y motivado a venir a esta reunión (…) es la situación de los estudiantes venezolanos. Es un asunto al cual todos tenemos que ser sensibles, el que haya respeto a sus derechos humanos, respeto a la Constitución y las leyes”, dijo. (Despachos combinados)
Acuerdan abrir diálogo en Venezuela