Al borde de la guerra

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El presidente de EEUU; Barack Obama, no tiene dudas de que el régimen sirio es responsable del uso de armas químicas y de que “debe haber una respuesta” a la situación actual en Siria, pero aún no ha tomado una decisión sobre cómo hacerlo, dijo el martes en la Casa Blanca.
Los indicios de que habrá una próxima operación militar contra Siria crecieron el martes 27 de agosto, 2013, y fuentes de la Casa Blanca incluso precisaron a la cadena de televisión NBC que los ataques, por parte de los Estados Unidos y sus aliados, podrían comenzar el jueves 29 y durar tres días. El porta voz presidencial, Jay Carney, aseguró que Obama anunciará una decisión tras consultar con sus aliados y después de que se
publique un informe de inteligencia sobre el denunciado ataque el pasado 21 de agosto en las afueras de Damasco, que causó más de mil muertos.
Según el diario “The Washington Post”, las operaciones podrían durar no más de dos días y limitarse al lanzamiento de bombas guiadas desde el mar con destructores o submarinos
o el uso de bombarderos aéreos de alto alcance.
El secretario de defensa, Chuck Hagel, dijo que las fuerzas estadounidenses ya están preparadas para cumplir las órdenes que les den el presidente Barack Obama.
“Hemos desplazado efectivos a la zona para ser capaces de responder a cualquier opción
que decida el presidente”, afirmó a la televisión británica BBC Hagel, quien posteriormente consultó telefónicamente con sus homólogos británico y francés.
Rusia no ocultó su malestar y advirtió de las “consecuencias catastróficas” de una  intervención militar en Siria sin el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU.
El portavoz de la cancillería rusa, Alexander Lukasgévich, afirmó que “los intentos de obviar el Consejo de Seguridad, creando una vez más pretextos artificiales y sin pruebas para intervenir en la región pueden  derivar en más sufrimiento en Siria y consecuencias catastróficas para otros países de Oriente Medio y el Norte de Africa”.
El régimen sirio, por su parte, insistió en que el supuesto uso de armas químicas contra civiles, que habría causado la muerte la semana pasada de entre 355 y 1300 personas, según la fuente, y que supondría el motivo directo de una eventual intervención militar, es “un pretexto” que es “falso e infundado”.
El gobierno de Bachar al Asad retó a la comunidad internacional a presentar “cualquier prueba” que demuestre el uso de armas químicas por el Ejército, y dijo que una acción militar, es “un pretexto” que es “falso e infundado”.
Rusia, en su apoyo a Damasco, no se cansa de repetir que estas acusaciones son muy parecidas a las que hace diez años se usaron como pretexto por Estados Unidos y sus aliados para atacar a Irak y derrocar el régimen de Sadam Husein, que a la postre resultaron falsas.
Las conjeturas de que una operación militar contra Siria podría ser inminente fueron reforzadas por la decisión del primer ministro británico, David Camerón, de acortar sus vacaciones y convocar, para el jueves, una sesión  especial del Parlamento para que los diputados se pronuncien sobre “cuál será la respuesta del Reino Unido ante los ataques con armas químicas”.
Mientras tanto, comentó un portavoz de Cameron, “estamos preparando los planes de  contingencia para las fuerzas armadas”.
Hasta Francia, que se abstuvo de cualquier participación en la invasión de Irak en 2003,
En esta ocasión ha cerrado filas con Estados Unidos.
El presidente francés, Francois Hollande, declaró ante los embajadores de su país que “la comunidad internaron al no puede permanecer sin actuar ante el uso de armas químicas.
Francia está dispuesta a castigar a aquellos que han tomado la espantosa decisión de gasear a inocentes”.
“Solamente con firmeza, claridad y responsabilidad podrá prevalecer un día en Siria una solución política”, indicó en su intervención, en la que avanzó que va a reunir mañana al
Consejo de Defensa para analizar las opciones. Al mismo tiempo Hollande anunció que ha decidido incrementar el apoyo militar a la Coalición Militar Siria, la principal alianza opositora de ese país.
Los “Amigos de Siria”, que agrupa a los países que apoyan a la oposición al Gobierno de Al Asad, han confirmado a la Coalición Nacional Siria que habrá una intervención militar en ese país, según informó un portavoz de esta alianza, Mohamed Sarmini.
Desde El Cairo, la Liga Árabe, pidió el martes al Consejo de Seguridad de la ONU que
supere las diferencias entre sus miembros y tomar medidas “necesarias” contra el régimen sirio por su uso de armas químicas contra civiles.
Ya están reunidos en Jordania los mandos militares de EEUU, Jordania, Reino Unidos, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Turquía, Arabia Saudí y Catar.

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