Como tratar con gente necia

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Los necios son personas que no poseen la habilidad de dejar un margen para el error, ni de reconocer que ellos pudieran estar equivocados. La necedad como patrón de conducta permanente, puede ser síntoma de algún trastorno de personalidad. Los necios, o los sabios en su propia opinión, tienden a tener múltiples problemas familiares, laborales; además, manifiestan serias dificultades para mantener relaciones interpersonales saludables.

Los necios son capaces de justificar lo injustificable sin importarle lo ridículo que luzcan al hacerlo, por probar su equivocado punto de vista y sin reconocer su obvia equivocación. A menudo, cuando se encuentran acorralados y sin argumentos, tienden a ofender, a atacar a los demás con insultos, gritos, acusaciones etc.

En ocasiones estos tipos de personas tienden a confundir el significado de “rectificar”. En su mente rectificar su equivocada opinión es una debilidad de carácter; aceptar otra opinión es un asunto frustrante que le recuerda y activa sus complejos de inferioridad; por lo tanto, su ego, como mecanismo de defensa, no les permite ver otro punto de vista, ni aceptar otras ideas o argumentos. Para ellos rectificar no es de sabios. Puede ser fácil caer en el juego y querer debatir puntos de vistas con estas personas, porque sus argumentos son tan pobres y tan mal fundamentados que parecería sencillo hacerles entender lo contrario.

Para aprender a tratar con gente necia, es preciso entender primero, lo difícil que es hacer cambiar a una persona “normal” su opinión. Después, entenderá que nadie tiene el poder de hacer cambiar de opinión aun necio, solo ellos mismos pueden hacerlo. La siguiente historia, les demuestra lo difícil que se nos puede hacer cambiar de opinión y lo fácil que puede ser adoptar aptitudes necias aun cuando no se sufra de un trastorno de personalidad.
Se trata de una muchacha que estaba aguardando su vuelo en una de las salas de espera de un gran aeropuerto. Como debía esperar por muchas horas, decidió comprar un libro para matar el tiempo, también compro un paquete de galletas, luego se sentó en un asiento en la sala VIP del aeropuerto para poder descansar y leer en paz. Al lado del asiento donde estaba la bolsa de galletas se sentó un hombre que abrió una revista y comenzó a leer y cuando ella tomo la primera galleta, el hombre también tomo una; ella se sintió indignada, pero no dijo nada, solo pensó: “pero, que descarado, si yo estuviese más dispuesta le daría un golpe en el ojo para que nunca más se le olvide”. Cada vez que ella tomaba una galleta, el hombre también tomaba una, aquello la dejaba tan indignada que no conseguía reaccionar. Cuando quedaba apenas una galleta, pensó: “ah… ¿Qué será lo que este abusador va a hacer ahora?” entonces, el hombre dividió la última galleta por la mitad, dejando la otra mitad para ella. Ah! Aquello era demasiado! se puso a bufar de la rabia! Entonces cerró su libro, recogió sus cosas y se dirigió al sitio de embarque. Cuando se sentó, confortablemente, en su asiento, ya en el interior del avión, miro dentro de la bolsa y para su sorpresa su paquete de galletas estaba allí… todavía intacto, cerradito! Sintió tanta vergüenza. Solo entonces percibió lo equivocada que estaba, había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolsa! El hombre había compartido sus galletas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado, mientras ella quedo muy trastornada, pensando que estaba compartiendo las de ella con él y ya no había más tiempo para explicaciones… ni para pedir disculpas. (Historia extraída de www.taringa.net)
Aprenda de esta historia que en ocasiones es más útil y practico compartir nuestra última galleta con un necio que sentir la vergüenza de haber cometido una falta por necios. Hablemos en serio, solo un necio pierde su energía y tiempo queriendo convencer a otro necio de su opinión.

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Como tratar con gente necia