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Todos sabemos qué es crisis. Cambio favorable o desfavorable,
conflicto, tensión. dificultad, riesgo, peligro.
Actualmente el mundo entero está sufriendo de crisis y lo más
angustioso es que parece no haber curas o medicinas apropiadas
para aliviar las crisis existentes.
Crisis ministeriales, políticas, económicas, laborales, judiciales,
estudiantiles, etc.etc. Mirándolo en orden vemos que los “queridos”
ministros, parlamentarios, políticos juegan con el país, con el
pueblo como les da la gana y se quedan tan tranquilos como si
estuvieran mirando un partido de fútbol. Y lo peor de todo es que
el balón que utilizan para ese juego somos nosotros, el pueblo,
el que se lleva la peor parte. El país pierde una cantidad increíble
de dinero y ellos, con echarse la culpa entre los diferentes partidos
se “lavan” las manos. Siguen tan campantes como si salieran de
un banquete, de una fiesta a todo dar. Los banqueros, los que
tienen el poder económico hacen sus patrañas y que el pueblo,
el consumidor pague las consecuencias. Los patrones o jefes
que tienen el mando y abusan de los menos favorecidos exageran
en sus exigencias y merman los salarios.
Los jueces dan veredictos (no siempre los más justos) y se les
olvida que muchos de ellos han sido “juzgados” porque los
descubrieron como “atracadores, maleantes y “ganadores” de uno,
o dos DUI. Y para qué hablar del resto de las crisis que hoy día
sufre y padece la humanidad entera? Porque cada país, tiene
una hoja de vida llena de corrupción, de injusticia, de malos manejos,
de “tapaditos” que avergüenzan a cualquiera que tenga dignidad,
y pueda levantar su cara porque no ha cometido ningún crimen y le
ha dado a su gente, a su pueblo todo lo que le corresponde.
Lo más preocupante y angustioso es la crisis que sufre hoy día aquel
conglomerado saturado de droga, pornografía, mafia, inmoralidad.
Hoy, los padres de familia sufren crisis por divorcios, hogares en
los cuales los que mandan son los hijos. Crisis porque muchísimas
jóvenes adolescentes está próximas a ser madres de familia.
Es realmente también triste y doloroso ver que la iglesia del Señor,
de cualquier denominación está sufriendo de crisis por los malos
ejemplos que se ven. (los que se publican y los que seguramente se
quedan “bien escondidos”) Entonces nos preguntamos ¿ a dónde
vamos a parar? ¿qué se puede esperar de las futuras y próximas
generaciones?
Haciendo la salvedad que dentro de la corrupción que provocan
todas estas crisis, todavía queda parte de la humanidad que hace
y quiere seguir haciendo lo correcto, lo sano, lo bueno, lo que es
aceptable y agradable ante los ojos de Dios.
Solo si tomamos consciencia que cada uno de nosotros tenemos
la obligación de mejorar cada día, contribuir con nuestro granito
de arena para tener un futuro más limpio, menos corrompido, más
fiel a la Ley Divina, podrá el mundo más adelante, estar en mejores
condiciones porque viviendo una vida con calidad moral, intachable,
las demás cosas vendrán por añadidura.
Crisis