El daño de prejuzgar

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Sabemos que prejuzgar es emitir un juicio de una persona o cosa anticipadamente
sin tener el conocimiento total de los hechos.

Calificar el comportamiento de alguien es inadecuado sin antes emitir un juicio
moral basándonos en los valores que nos han inculcado y, por supuesto que hemos
conservado y cultivado.

Desafortunadamente el hecho de prejuzgar es tan común y corriente que, pudiéramos decir que es “pan de cada día”. Es tan fácil dar opiniones, emitir conceptos, imaginarnos cosas, que con la tranquilidad del caso y un descaro increíble se van dando calificativos a otras personas de acuerdo con la opinión
de quien se cree un juez.

Y no necesariamente, esas personas que aman los chismes, el “lleve y traiga”
que les fascina entablar la discordia, son las más intachables que digamos. No
es necesario decir por ejemplo: “esa una mentirosa” refiriéndose a alguien en
especial; basta solamente decir que no se cree en ella. Y, para no creer en
alguien se tiene que haber tenido muchas experiencias que apoyen semejante
juicio.

¿Quién hay perfecto en este mundo? NADIE. ¿Quién tiene derecho a juzgarnos?
SOLO DIOS. Pero lo que se creen dioses se atreven a prejuzgar, a hablar cosas
que no les consta y a crear un mal ambiente.

Prejuzgar puede en muchísimas ocasiones causar mal, daño a personas, empresas,
instituciones, etc. etc.

Dice una historia: “había una vez un matrimonio que no podía tener hijos. Consiguieron un perro, lo cuidaban, lo amaban y lo trataban como a su bebé.
Al cabo de algunos años llegó el primogénito, ¡qué festejos, mucha dicha! El
perro se empezó a sentir relegado pero cuidaba y amaba al bebé. Una mañana
mientras los padres desayunaban en la terraza sintieron llorar al bebé, el padre
fue a mirar qué ocurría y vio al perro jadeante y con la boca llena de sangre.
Inmediatamente el hombre fue, sacó un rifle y mató al perro porque “pensó”
que había matado al bebé.

Cual sería la sorpresa de ese hombre cuando entró al cuarto de su hijo, lo
encontró vivo pero junto a él había una serpiente degollada.
Moraleja: No prejuzgar hace bien. Antes de tomarte atribuciones que no te
Corresponde mírate a ti mismo.

El daño de prejuzgar