
WASHINGTON (AP) — La ineficacia de los pilotos del vuelo 214 de Asiana, e incluso la confusión sobre si uno de los indicadores estaba dando la cifra correcta de la velocidad, fue la causa del desastre aéreo ocurrido en San Francisco el año pasado, concluyeron expertos.
La Junta Nacional de la Seguridad en el Transporte llegó a esa conclusión el martes tras varias reuniones en el Congreso.
La agencia, sin embargo, también culpó a los complicados controles del aparato Boeing 777, así como a los manuales de entrenamiento del fabricante, que no especifican bien bajo qué condiciones el sistema no mantiene estable la velocidad.
El director de la agencia, Chris Hart, además mencionó un problema persistente: los complejos controles automatizados en los aviones, diseñados para evitar el error humano y eludir accidentes, en lugar de ello están aumentando el riesgo de percances en el vuelo.
Los pilotos de la aeronave “dependieron demasiado de sistemas automatizados, que ellos no entendían completamente”, declaró el director de la junta, Chris Hart.
“En sus esfuerzos por compensar la imperfección de las acciones humanas, los diseñadores de los sistemas automatizados sin querer crearon oportunidades para tipos de errores que podrían ser peores que los problemas que tendrían que evitar”, declaró Hart.
La comisión legislativa, de cinco miembros, votó sobre la causa probable del accidente aéreo de Asiana, aerolínea surcoreana, el único accidente aéreo mortífero en suelo estadounidense en los últimos cinco años.
Entre los temas mencionados en la investigación hay algunos que desde hace tiempo han atribulado a las autoridades del sector, como por ejemplo la negativa de algunos pilotos de abortar un aterrizaje cuando ocurre un percance, o la negativa a contradecir las órdenes del capitán.
La ironía es que el accidente ocurrió a pesar de que el avión tenía a bordo tres pilotos experimentados. El avión, un Boeing 777, es uno de los más seguros del sector. Y las condiciones climáticas ese día, ese día, el 6 de julio del 2013, eran prácticamente perfectas.
Aun así la nave con 307 personas a bordo aterrizó volando demasiado bajo y a muy poca velocidad. Rozó una barrera justo antes de aterrizar, cortándose la cola y revolcándose en espiral antes de golpear la pista. Cuando al fin se detuvo, estalló en llamas.
A pesar de lo violento del hecho, sólo murieron tres personas: tres adolescentes chinos que al parecer no se habían abrochado el cinturón de seguridad. Una de las jóvenes sobrevivió inicialmente, pero en el caos de la situación, fue atropellada por un camión de bomberos. Casi 200 personas resultaron heridas.
Ineficacia de pilotos acusó accidente aéreo EEUU