Jugando al adoctrinamiento

0
701

Por Rafi Escudero

En nuestra columna anterior hablamos acerca del racismo en nuestra nación y lo identificamos desde un ángulo relacionado a la propagación de una doctrina social. A través de nuestras vidas nos hemos enfrentado, casi siempre de manera negativa, con el término “adoctrinamiento”. Por ejemplo, se nos ha “educado” a pensar en el adoctrinamiento como el sistema utilizado por los opositores de nuestro sistema democrático para denigrar las ideas y los valores que componen nuestro comportamiento social.  Asumimos que aquellos que han sido educados a pensar diferente a nosotros son “adoctrinados” por sus líderes a no reconocer nuestros valores y a enfrentarlos con el propósito de derrotarlos de la manera que sea. Cabe la posibilidad de que el adoctrinamiento siente las bases para los actos de terrorismo a los que se enfrentan las sociedades libres y democráticas alrededor del planeta.
Hace aproximadamente una semana y media que un señor congresista de nombre Steven King (R. Iowa) denigró a cada uno de nuestros hermanos mexicanos declarando que “cruzan la frontera con el propósito de traer drogas ilegales amarradas a su cuerpo”. No hay estadística alguna que sostenga la posición asumida por este inepto racista, sin embargo la posición de liderato que ocupa le otorga la suficiente “atención” que a su vez le permite “adoctrinar” a un segmento (grande o pequeño) de nuestra población con relación a un asunto completamente incorrecto, falso e inverosímil.
Este señor se ha pronunciado anteriormente refiriéndose a los inmigrantes. En cada ocasión que lo ha hecho ha denigrado la hispanidad. En cada ocasión que lo ha hecho se refiere a nosotros como personas sin educación, quienes no tenemos nada que contribuir a la nación americana. A este congresista que “dispara de la cintura” contra nosotros, le vamos a dar hoy una lección en estadísticas reales, en aquellas que no se atreve a plantear aunque están completamente respaldadas por estudios sociales basados en números reales.
Estadística: “Noventa y nueve porciento (99%) de los terroristas domésticos, de los que han asesinado  a estudiantes y de los que han sido identificados como asesinos seriales en nuestra nación son varones de la raza blanca”. (The Knowledge Movement; 2013).
Resta solamente un uno por ciento (1%) en esta terrible y nefasta lista de categorías donde se podría incluir a todas las minorías de la nación, incluyendo a los hispanos.
Pero estadísticas como la anterior no son objeto de mención por el señor King porque no le sirven para lograr la “ovación de las gradas” cuando están ocupadas por los nefastos miembros del “tea party” que lo llevaron a nuestra Cámara de Representantes Federal.
Camino a las elecciones congresionales de noviembre de 2014 la Hispanidad, unida a las demás minorías de nuestra nación tiene la responsabilidad ineludible de recordar a cada uno de estos farsantes y enemigos de la justicia e igualdad en nuestra democracia. Hay que votar en contra de ellos porque la mera idea de su existencia en el aparato gubernamental constituye un acto de terrorismo contra los más altos ideales del respeto y la coexistencia humana, según se garantizan en nuestra Constitución.
Como dijo Don Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

Jugando al adoctrinamiento