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Recuerdo que, el conocido Profesor Pepe Luis, en su amena columna ‘Mientras el Mundo Rueda”, en el Palm Beach Latino, siempre estaba recomendando la risa y la sonrisa como una efectiva acción terapéutica. Dice este experimentado Profesor, que el mejor remedio para una buena salud, tanto espiritual, como corporal no viene en cápsulas, ni pastillas, ni inyecciones. Recomienda él olvidarse de médicos y medicinas y utilizar solamente la inescrutable fuerza sanativa de la risa y la sonrisa; la primera en los grandes momentos de la historia y la segunda en los más pequeños espacios de la vida cotidiana disfrutando siempre así de una vida relajada y libre de preocupaciones. Ah…cuando la oportunidad lo amerite, también podremos reírnos a grandes carcajadas; esto, por supuesto para los grandísimos momentos de alegría. Hay un psicólogo español, quien asegura que un minuto de risa (no histérica, eh) equivale a una hora de yoga. La consigna de algunos médicos europeos es usar el buen humor como terapia especial: ríete y serás feliz. La tristeza atrae los virus, la alegría los ahuyenta. Estar cerca de una persona que no sabe reír ni sonreír es algo muy deprimente. Decía Pascal, famoso filósofo francés del siglo XVII, que los malos no suelen reír nunca porque llevan veneno por dentro. Ahora podemos comprender porqué las serpientes y los malvados comunistas no saben reír, están envenenados y llenos de odio hacia toda la humanidad. ¡Pobres diablos! A la moribunda bestia satánica del Caribe nadie la vio sonreír jamás. La risa y la sonrisa son regalos misteriosos proporcionados gratuitamente por nuestro buen Dios; así pues, debemos aprovecharnos frecuentemente de tan celestial obsequio. Hay una estrecha relación entre el humor y la salud. La risa nos facilita enfrentarnos a situaciones difíciles y afrontar con ironía nuestras propias desgracias. El sabio filósofo griego Aristóteles solía decir a sus alumnos: “Sonrían y la vida les sonreirá”. ¿Qué les parece? ¡Bueno hombre…pues a reír se ha dicho eh…! Mi médico el ilustrísimo puertorriqueño Dr. Willian Rockafort me dice que es una magnífica terapia el reírse hasta de uno mismo.
Pero, no esperemos a mañana, ahora mismo ponte frente a un espejo grande y ríete de tu calvicie o de tu mucho pelo, de tu gordura o de tu flacura, de tu pequeñez o de tu altura, de tu nariz, de tus dientes, de tus orejas, sácate la lengua tú mismo y ríe a mandíbula batiente. ¡Ah…ahora te sentirás más feliz, más contento y la vida te sonreirá por largo rato. Y… para terminar recuerda que la felicidad sólo existe a ratos, no hay felicidad completa y permanente en este redondo mundo en que vivimos. Tenemos que cooperar con nosotros mismos de manera positiva.
Tenemos que tratar de que nuestra vida sea honesta y arreglada, usar de pocos remedios y poner todos los medios de no alterarnos por nada, la comida moderada, ejercicio y diversión; no tener nunca aprensión, salir al campo algún rato, poco encierro mucho trato y continua ocupación. ¿Qué te parece todo esto mi estimada Clara? ¡La mejor forma de acabar con el estrés, la tristeza y la melancolía! ¡Arriba corazones! ¡Una sonrisa puede cambiar al mundo, que después de todo, no es tan malo como parece!
FINIS CORONAT OPUS
La risa remedio infalible