
¿Qué peligro corremos?
En un centro turístico de Florida, unos 20 visitantes se llevaron un susto de su vida en plena madrugada, cuando fueron evacuados antes de que colapsara un edificio a causa de un socavón de 15 metros de diámetro. Ocurrió esta semana en Clermont, cerca del parque de atracciones de Disney World: como en una película de horror, la tierra abrió súbitamente su enorme boca, tragándose una estructura de tres pisos.
Según los expertos, este tipo de socavones no es ya nada raro en Florida: en abril pasado Jeffrey Bush, de 37 años, desapareció mientras dormía, y con él casi todos los muebles alrededor, al abrirse un enorme agujero bajo su habitación. Días después un equipo de expertos dio el cuerpo por perdido y demolió la vivienda, cerca de Tampa.
¿Qué peligro corremos?
Al ser preguntado por qué pasa esto, y si corremos algún peligro, Harley Means, geólogo de Florida Geological Survey dijo que “En Florida tenemos un material geológico cerca de la superficie que se conoce como piedra caliza. La caliza puede ser erosionada por la acción del agua de lluvia, que es ácida. Con el paso del tiempo
–y hablamos de miles o millones de años- el agua ácida puede producir cavidades en la caliza, dando lugar a algo parecido a un gran queso suizo, si me permite la analogía… Dichos huecos se pueden hacer lo suficientemente grandes como para no poder sostener los materiales de la superficie, como la tierra y la arcilla, que entonces colapsan”.
Todo el estado de Florida se sustenta sobre piedra caliza, pero esta situación se da también en otras regiones del mundo. El socavón más profundo está en China, se llama Xiaozhai Tienkeng y tiene una profundidad de 662 metros. La depresión Qattara de Egipto tiene una superficie de aproximadamente 80km por 121km.
“Depósitos consolidados como la grava o la arenisca taparán los huecos hasta que la tensión sea excesiva –dijo Means-, entonces la roca caerá sobre la cavidad inferior”.
¿Podría prevenirse?
“Yo no puedo decir que se va a producir un socavón en la próxima hora, semana o año; en ese sentido, es parecido a lo que ocurre con la incapacidad de predecir la actividad sísmica”, señala el científico. “Pero como geólogos, lo que sí podemos hacer es delinear áreas donde sabemos que hay más posibilidades de que aparezcan estos sumideros”.
El geólogo recomienda que la gente se informe sobre por qué y dónde hay más posibilidad de que surjan los socavones, y que consulte cuáles son los detalles que hay tener en cuenta sobre la tierra donde está edificada o se va a edificar una propiedad.
De todas formas, hay algunas señales que se deben tener en cuenta: puertas y ventanas que no cierran adecuadamente, grietas que aparecen en la base de las casas. En algunos casos se detecta movimiento de tierras, cañerías con fugas o alguna otra falla debajo de la vivienda, deben investigarse.
(Despachos combinados)
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