Los fracasos

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¿Cómo influye en nuestra personalidad?
Este es un tema muy complejo que requiere mucho análisis, sin embargo es necesario poder entender la ley del fracaso o del error y de lo que significa para nuestras vidas. La perfección no existe, ir en busca de ella es invitarnos a nosotros mismos al dolor, al sufrimiento, a la soledad, a la angustia, es abrir la puerta de nuestras vidas a los sentimientos de culpa, a la baja autoestima, a la inestabilidad emocional y en general a la infelicidad. Depende de cómo conceptualicemos este  significado  para sentir emociones de rechazo o aceptación a una situación de fracaso en nuestra vida o en la vida de los demás. Por consecuente este significado perceptivo con respecto al fracaso  en nuestras experiencias vivenciales,  puede influir en  nuestras capacidades y habilidades de mejorar día a día, de luchar, de esforzarnos  consistentemente por nuestros sueños o de lo contrario de mantenernos sumidos en una personalidad derrotista, exageradamente conformista e incapacitados a ser felices con un pensamiento basado en “que merecemos una vida de insatisfacciones”.

¿Cómo funciona esto?

Como en algunas ocasiones lo he mencionado, en algunos artículos anteriores; la importancia de nuestro discurso y de cómo modelemos para  nuestros hijos, es decir de cómo nosotros conceptualicemos al fracaso, ellos lo conceptualizaran en sus vidas futuras. Si hemos escuchado expresiones negativas del fracaso, “que es muy común”, es probable  que estemos minimizando nuestras capacidades y la de las futuras generaciones. Por ejemplo; los padres  que pretenden que sus hijos no se equivoquen, por este motivo les hacen las tareas escolares, y si los niños o niñas  las hacen la consideran mal porque no está perfecta. De esta manera no le están dando la oportunidad de equivocarse y de aprender. Así continúan en todas las actividades cotidianas  tratando de ensenar a sus hijos a ser perfectos. Señor/a lector/a ese no es el objetivo de un guardián, padre o una madre, el objetivo es ensenarles a reconocer los errores y fracasos, evaluarlos, analizarlos, ser responsables de su consecuencias,  solucionarlos y  luego poco a poco mejorarlos. Ensenarles a los niños/as que el equivocarse es parte normal de la condición humana, asumirlo como parte natural de cualquier proceso individual, no mostrar énfasis en lo negativo sino en la oportunidad que tenemos para ser mejores, en la oportunidad de aprender para reconstruir y edificar personalidades positivas, elocuentes, sensatas, flexibles, respetuosas, estables, sensibles y eficaces como representantes de la grandeza de la vida.

¿Qué podemos hacer?
Experimentalmente es necesario cambiar los pensamientos distorsionados con respecto al fracaso y sus consecuencias. Incorporar esas experiencias de fracaso para formar nuevas edificaciones del pensamiento, no para destruir ni para bloquear nuestra visión y misión de la vida misma, sino para comprender “que ese posible final es el comienzo de una nueva etapa o una nueva oportunidad, comprender que únicamente es fracaso si no lo intento, y que en la persistencia esta el triunfo”.
Imaginémonos si lo supiéramos todo y fuéramos perfectos, cuales serian nuestras motivaciones, nuestros intereses, ¿Qué quisiéramos aprender si ya lo sabemos todo? ¿Qué quisiéramos mejorar si ya somos perfectos? Considero relevante reflexionar esto e iniciar desde ahora a focalizarse en los demás y en usted mismo en los aspectos positivos, en las fortalezas y no en las debilidades, es decir observar todo nuestro mundo como lo mejor, entonces la felicidad tocara su vida.  Para una guía  y orientación busque la ayuda profesional de su psicoterapeuta preferido, que estoy seguro le ayudara a incorporar sus nuevos pensamientos en su propio beneficio.
Para preguntas, opiniones, sugerencias, petición de temas y comentarios; jalfredoec@yahoo.com

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