
Festejos tenemos muchos. Entre los más especiales están el Día del Padre. La primera vez que se pensó en este festejo fue en España y el día elegido fue el 19 de marzo, en honor a San José, pero en la mayoría de los países se celebra el tercer domingo de junio, mientras en otros varía mucho la fecha.
Esta hermosa celebración nació en Estados Unidos, de la gratitud de Sonora Smart Dodd hacia su padre, un veterano de la guerra civil estadounidense llamado Henry Jackson Smart, quien perdió a su esposa al dar a luz a su sexto hijo y a partir de entonces cuidó y educó a sus pequeños, sin ayuda y con todo el cariño del mundo. Sonora propuso que fuera en el cumpleaños de su papá, el 5 de junio, sin embargo la fecha no prosperó, aunque sí fue ganando aceptación.
Fue así como en 1924 el presidente Calvin Coolidge apoyó la idea de establecer un día nacional del padre y en 1966, el presidente Lyndon Johnson firmó una proclamación que declaraba el tercer domingo de junio como el Día del Padre en Estados Unidos, con ello esta celebración se extendió rápidamente a Europa, América Latina, Asia y África, en merecido reconocimiento por todo el amor que profesan, sin un manual de lo que se debe o no hacer para crear hombres y mujeres de bien, no sólo en ser el proveedor oficial, sino mantenerse presente a lo largo de la vida, aunque los hijos crecen y formaron sus nuevas familias, pero con ello no se va la responsabilidad de ser padres, sino continuar la enseñanza de ser abuelos y, como bien se dice, la tarea de ser padre sólo se termina cuando partes a la eternidad.
Por ello, los que tenemos la fortuna de tener a nuestro padre, o de ser padres, debemos vivir la alegría y demostrarla, ser agradecidos con Dios por la bendición que nos permite continuar al lado de uno de los seres que más nos quieren en la vida, con ese amor incondicional y que sobrepasa cualquier interés, con esa nota sólo de amor paternal que no compra ninguna cosa. Por ello, no dejes pasar la oportunidad de hacerle saber a papá cuanto lo amas, de trasmitir a tus hijos el respeto y el amor.
Un papá nunca espera un regalo material, sino un regalo de alma. Aprovecho para dar gracias por el maravilloso papá que Dios eligió para mí, por un inigualable abuelo para mis hijos. Eso es ser bendecida.
Los orígenes del Día del Padre