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Piropo es una palabra o frase de galantería, una expresión de admiración que generalmente dirige un hombre a una mujer.
Con los piropos se demuestra atracción, emoción. Estos pueden ser el inicio
de buenas amistades, enamoramiento y bonitas relaciones. Si analizamos los
sinónimos encontramos que lisonja, adulación, finura, halago, requiebro tienen
ese “sabor” a delicadeza, admiración y otras cosas que a todos nos gustan, nos
atraen especialmente a las mujeres.
En otros tiempos era frecuente escuchar halagos bonitos, agradables y casi en
la mayoría de las ocasiones surgían noviazgos. Empezaban o se cultivaban
los coqueteos que son tan necesarios y suenan con especial cadencia.
Rara vez hoy día nos sorprenden con un piropo. Inmediatamente pensamos
“!cómo hacía de tiempo que no escuchaba un requiebro tan delicado! Entonces
es cuando pensamos” Qué pasó con los detalles de enamoramiento, de conquista,
de galantería? ¿ha influido tanto el modernismo, los afanes, la tecnología, la
liberación, la igualdad de derecho?
Muchas preguntas, posiblemente hay habrá otras, cada una con sus respuestas correspondientes. Una sola opinión no sería justa y valedera siendo lógico porque
no todos pensamos de la misma manera ni necesitamos ni nos gusta lo mismo.
Lastimosamente tenemos que reconocer que en éstos tiempos vemos que los piropos y los halagos como que pasaron de moda. Y, no solamente al género femenino le gustan y le atraen estos detalles. A los caballeros también les agrada
escuchar requiebros porque en muchas oportunidades se los ganan, se los merecen.
Ya como que nos acostumbramos a tener frases y a decir palabras bonitas, halagadoras solamente en fechas especiales; cuando en realidad la expresión de
los sentimientos no tiene marcada la fecha y la hora en que deben ser expresados.
Por ahora recordemos algunos:
“Desearía ser una lágrima tuya…para nacer en tus ojos, vivir en tus mejillas y
morir en tus labios”.
¿Qué va a saber el poeta de besos si no ha probado tus labios?
“La felicidad es una palabra de nueve letras. La mía se resume en dos: tú”.
“Las flores al verte celosas están, no comprenden como una de ellas, caminando
va”.
“Tú caballero gentil que me miras bien tierno, pueden pasear en mi jardín”.
Los piropos