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Este domingo, el quinto domingo de Cuaresma, marca el comienzo de los últimos días de la Cuaresma, en preparación inmediata para la Semana Santa. Al oír el pasaje del Evangelio de la resurrección de Lázaro (Juan 11, 1-45), nos preparamos para compartir nosotros plenamente en la victoria de Jesús sobre la muerte. Hay muchos elementos especiales en la liturgia de los días más sagrados del año. Me pareció apropiado usar este espacio para lidiar con algunas de ellos.
1. ¿Por qué en algunas parroquias se cubren las imágenes y cruces en la iglesia? Es una práctica que tiene sus raíces en el Medioevo (y es opcional hoy en día) cubrir los crucifijos y las imágenes de los santos en la iglesia, durante las últimas dos semanas de Cuaresma. “Cubrir las cruces e imágenes es una especie de ‘ayuno’ de las representaciones sagradas que muestran la gloria pascual de nuestra salvación. Igual que el ayuno cuaresmal concluye con la fiesta pascual, nuestro ayuno de la cruz culmina en la adoración del madero santo en el cual el sacrificio del Calvario fue ofrecido por nuestros pecados. De manera parecida, el ayuno de las gloriosas imágenes de los misterios de la fe y de los santos en su gloria, culmina en la noche de Pascua con una nueva apreciación de la gloriosa victoria ganada por Cristo, resucitado de entre los muertos, para ganarnos la vida eterna” (del boletín de la Comité para el Culto Divino de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, marzo 2006). Como digo, es una opción, pero es bueno saber su razón de ser si ven que en su parroquia se hace.
2. ¿Por qué bendecimos y agitamos las palmas el Domingo de Ramos? El Domingo de Ramos en la Pasión del Señor (su nombre oficial), recordamos la entrada triunfante de Jesús a Jerusalén, cuando la gente echaba sus mantos y ramas en el camino ante Jesús (Mt 21, 8-9). Recordar los Hosannas de la multitud y luego participar en la narración de la Pasión con sus gritos de “¡Crucifícalo!” es una de las experiencias más fuertes de la liturgia católica.
3. ¿Por qué pasamos tiempo con el Santísimo Sacramento la noche del Jueves Santo? El Jueves Santo, después de la Misa Vespertina de la Cena del Señor, hacemos una procesión al salón parroquial, donde tenemos el altar de reposición. Rezar delante del sagrario esa noche nos recuerda de la invitación de Jesús a sus discípulos en Getsemaní que rezaran con Él. Ellos no pudieron mantenerse despiertos, pero a nosotros se nos invita rezar con Jesús: “Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú” (Mt 26, 27).
5. ¿Por qué no celebramos nuestras Misas de vigilia como de costumbre el Sábado Santo? Todos los años algunos feligreses experimentan la frustración de salir la tarde del Sábado Santo, esperando su Misa normal de vigilia, sólo para enterarse que se ha cancelado y que la única Misa es la Vigilia Pascual, que no comienza hasta pasada la puesta del sol y dura un par de horas. ¿Por qué jugamos con el horario? La Vigilia Pascual es la celebración más importante del año litúrgico, y no se permite ninguna Misa antes del anochecer. La noche más oscura de la historia humana fue iluminada por la luz de Cristo resucitado. Esta noche bendecimos el fuego de Pascua y encendemos el Cirio Pascual, cantamos el Pregón Pascual, escuchamos varias lecturas del Antiguo Testamento y del Nuevo, cantamos el Gloria y el Aleluya de nuevo, tocamos las campanas, y bautizamos y confirmamos a los nuevos cristianos católicos, dándoles a ellos y a otros que entran en la Iglesia Católica la Primera Comunión. Si hubiera una película o un evento deportivo que quisieran ver de verdad, ¡no se quejarían si durara dos o tres horas! ¡Averigüen a qué hora se celebra la Vigilia Pascual y vayan el Sábado Santo, para la celebración más asombrosa del año!
Pasaje sugerido de la Palabra de Dios – Juan 11, 44: “Jesús les dijo: ‘Desátenlo para que pueda caminar’”.
Preguntas sobre los días más santos del año