Rasputím

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Hoy, mi muy estimada Clara, quiero hablarte de este siniestro personaje muy poco conocido en el mundo occidental. Nada sabia yo sobre su agitada y escabrosa vida; pero al consul-tar con la historia, que todo lo sabe; pude conocer que este ruso aventurero fue conocido tam-bién con el singular apelativo de “El Monje Loco”. Su verdadero nombre es Gregorio Yefimo-vich quien nació hacia el año 1872 de una familia de campesinos en un pequeño pueblo de la estepa siberiana. Se dice que solamente terminó la enseñanza primaria, y al cumplir sus 16 años ingresó a una fanática secta religiosa llamada “Los Flagelantes”. Esta extravagante organización aseguraba a sus fieles seguidores que mientras más se pecara más fácilmente se conseguiría el perdón divino. El joven Gregorio inmediatamente se entusiasmó con esta rara doctrina. Dotado naturalmente de un magnetismo psicológico extraordinario ejercía un seductor poder, a pesar de su desordenada y escandalosa conducta, granjeándose de este modo  el apelativo o sobrenombre de: “Rasputín, que en el idioma ruso significa sencillamente: depra-vado.  En 1903 se trasladó para la capital, en donde logró hacer contacto con la Zarina Ale-jandra a quien pudo convencer de que él poseía poderes místicos extraordinarios y que estaba capacitado para curar a su pequeño hijo el Zarevich Alexis que padecía de hemofilia. Al cabo de un tiempo el niño parecía haber mejorado algo y, Rasputín, al haberse captado la confianza de Alejandra, fue nombrado asesor de palacio con amplios poderes ejecutivos. Pero, sus tre-mendas orgías y desordenada conducta alarmaron a un grupo de nobles quienes decidieron eli-minarlo de cualquier forma. Así las cosas, en la noche del 30 de diciembre de 1916 los conjurados invitaron a Rasputín a una gran cena en su honor y le sirvieron vino mezclado con un mortal veneno que, finalmente no surtió efecto alguno. Ante tal situación, los complotados le dispararon con una pistola varias veces y luego lo arrojaron a las aguas heladas del rio Neva donde finalmente pereció ahogado. Así terminó la vida de este satánico personaje, así terminó la diabólica vida de: El Monje Loco. ¿Qué te ha parecido, mi estimada Clara, este trágico final?
Recobra vida el adagio: “Talis vita talis mors” (Como ha sido tu vida así será tu muerte)

FINIS CORONAT OPUS   (El fin corona la obra)

Rasputím