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Para nadie es secreto que por la televisión y en diferentes estados, presentan casos para ser juzgados frente a un público y por supuesto ante todos los televidentes aficionados a tales programas que, a la hora de la verdad muy pocas cosas positivas dejan.
Por casualidad, accidente, o necesidad impuesta dada las circunstancias; en los últimos días “me tocó” ver uno de varios programas a los que me refiero, en el cual además de existir demasiada incoherencia, el veredicto fue injusto y repleto de insultos al demandante.
Con una devaluación moral a gran nivel, con demasiado completo de superioridad, con ínfulas de grandeza porque poseen un diploma, con un pésimo manejo del lenguaje Español y convencidos que porque tienen derecho a dar un veredicto pueden tratar mal a quienes comparecen ante una sala judicial.
Para dar un solo ejemplo, en el programa “la corte del Juez Franco” en California (creo que así se llama) el juez trató sin consideración alguna al compareciente ya que lo trató de: bruto, imbécil, torpe. Lo mandó callar todas las veces que le vino en gana y si el pobre se descuida, le recuerda a su mamá preguntándole qué apellido tiene.
Entonces, analizando estos casos, esa clase de programas, el pésimo manejo de la justicia, la poca consideración humana es cuando nos surgen preguntas como éstas: ¿ cómo hay quienes patrocinen esta clase de programas? ¿ cómo manejan sus hogares aquellos que “aplican justicia”? ¿qué clase de ejemplo están dando cuando ante una pantalla de televisión son capaces de insultar, degradar y burlarse de quienes creen en esos “profesionales” que, a la hora de la verdad ellos fueran quienes debieran de ser castigados por indolentes y atrevidos?
¿Quién tiene la respuesta…?
Sentencias con insultos
