
Por: Rafi Escudero
Quise esperar hasta el martes primero de abril para escribir la columna de esta semana. El pasado viernes hicimos un llamado a la hispanidad nuestra a que diera el paso al frente y se inscribieran en el Plan Costeable de Salud, mejor conocido como Obamacare.
El llamado nuestro y de cientos de escritores, artistas, atletas, músicos y figuras conocidas a través de toda nuestra nación funcionó. El presidente acaba de anunciar que 7.1 millones de conciudadanos se inscribieron en el plan de salud al concluir la fecha límite del 31 de marzo de 2014.
Siete millones de personas que tendrán ahora libre acceso a la salud. Padres y madres de la clase trabajadora y media que podrán descansar tranquilos sin la preocupación de que los costos de tratamiento de una enfermedad de ellos o de sus hijos les lleven a la bancarrota, les haga perder todo aquello que con tanto sacrificio se obtiene.
Cuidado médico, acceso a los hospitales, tratamiento y planes costeables, accesibles para todos. Hasta el día de hoy éramos la única potencia económica en el mundo moderno que continuaba negándole a sus ciudadanos servicios costeables de salud.
Que maravilloso logro para todos nosotros los que formamos parte de esos siete millones, especialmente si tomamos en cuenta el tiempo invertido y los poderosos recursos económicos que se comprometieron en tratar de despojarnos del derecho a la salud.
Con una participación tan numerosa al cierre de la fecha límite, el plan costeable de salud queda cimentado en nuestra cultura de pueblo, esperando cualquier sugerencia para ser mejorado pero libre de todo intento de ser eliminado.
Triunfó la compasión sobre el billete, el respeto y la acción sobre la desidia, el amor sobre la avaricia.
Triunfó el pueblo en apoyo de una ley que claramente responde al llamado constitucional de “un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo”.
Ahora, a administrar bien lo que hemos logrado de modo que siga creciendo para el beneficio nuestro y de las generaciones futura.
El derecho a la salud es de ahora en adelante parte del “Sueño Americano”.
Gracias.
¡Superamos los siete millones!