
Las autoridades en Chile evalúan el impacto del sismo de 8,2 que sacudió la región del norte del país la noche del martes causando la muerte de seis personas y forzando a la evacuación preventiva de casi un millón, debido a un alerta de tsunami.
La presidenta Michelle Bachelet viajó a la región en compañía de varios de sus ministros para supervisar los trabajos de asistencia y en una presentación ante la prensa en Iquique resaltó el aprendizaje de la población y de los equipos de emergencia “que ha permitido que esto se transformara en un proceso sin mayores contratiempos”.
Casi 24 horas después de sucedido el evento telúrico, la mayor parte de la región había recuperado los servicios de agua y luz eléctrica, aunque se informó que al menos dos localidades se mantenían incomunicadas por vía terrestre debido a la ruptura de unas ocho carreteras.
La Oficina Nacional de Emergencias de Chile solicitó evacuar preventivamente el borde costero de la región de Arica y Parinacota y Tarapacá por posible tsunami.
Imágenes de la televisión local mostraban una evacuación tranquila en la ciudad de Antofagasta.
En Arica los hospitales funcionan con normalidad, a pesar de que el 30% de la ciudad está sufriendo cortes eléctricos. Las autoridades informaron de un ingresado por datos menores.
El mes pasado, más de 100.000 personas fueron evacuadas en la misma región, tras un terremoto de magnitud 6,7.