Un regalo para usted

0
783

[sam_ad id=”20″ codes=”true”]

Dice Wayne Dyer que la gran ironía del hombre es que sabe que va a morir, pero se comporta como si fuera a vivir para siempre. Permítame contarle una historia que alguien me contó una vez.

Era un carpintero que por su edad ya estaba haciendo sus planes para retirarse. Le contó al jefe de sus planes de retirarse del negocio de la construcción para llevar una vida más placentera con su esposa y disfrutar de su familia. Sin dudas, sería un paso difícil, sabía que el precio de su alquiler, y el costo de vida seguirían subiendo todos los años, mientras su retiro continuaría igual, pero necesitaba retirarse. El jefe sentía mucho la noticia, era un buen empleado y por eso le pidió de favor que construyera una sola casa más antes de retirarse. El carpintero, con muy poco ánimo aceptó la propuesta del jefe, se notaba la falta de empeño en su trabajo ya que utilizaba sobras de materiales de baja calidad y los terminados carecían de curiosidad. Sin dudas era una triste forma de despedirse de su carrera. Cuando el carpintero terminó la casa, el jefe lo llamó para reunirse en la casa que había construido, entonces le dijo al carpintero “por agradecimiento a todos los años que trabajaste para mí, ten las llaves de esta casa.” “Este es tu hogar,” – dijo, “es mi regalo para ti.” Qué sorpresa! Y ¡Qué escarmiento! Nunca se imaginó que estaría construyendo su propia casa, “le hubiese puesto más empeño, hubiese utilizado los mejores materiales” pensó para sí el carpintero. Vivir el resto de su vida en esa casa le recordaría cada uno de sus descuidos. Cada detalle mal terminado era como una expresión de desagrado con la que tendría que vivir para siempre.

Muchas personas construyen sus vidas con el mismo desinterés del carpintero. Después, cuando ya las fuerzas no son las mismas se percatan del presente que se han creado, viéndose forzado a vivir en la casa que han construido. Para entonces, de nada nos sirve pensar que si hubiéramos sabido mejor, hubiéramos hecho todo diferente.

La realidad de estar vivo hoy es la que le confirma que todavía tiene tiempo. No crea que el tiempo que le queda es solo para ir matándolo ¡NO! Esto es una frase sin sentido, nunca mataremos al tiempo; sin embargo, el tiempo si nos puede matar a nosotros. Aprendamos de la historia del carpintero, piense que hoy está construyendo su vida. Lo que hará la diferencia será el empeño con el que reforcemos cada sueño que tengamos, el amor con el que pulimos cada detalle de nuestras metas, y el cuidado con el que edifiquemos cada punto de apoyo de nuestra vida. Nosotros moriremos, pero nuestros sueños materializados y nuestros legados pueden ser eternos. Seamos sabios y aprendamos del error ajeno. Aun si hoy fuera nuestro último día de vida, el día de hoy se merece ser vivido con pasión, y con más agradecimiento que al que le regalan una casa. Hoy es un regalo, un día de vida vale mucho más que cualquier mansión y es dando lo mejor de nosotros que mostramos agradecimiento por un regalo tan invaluable. Si amaramos cada día de nuestras vidas con la misma intensidad que tememos morir, no fuera tan difícil construirnos un mejor futuro, no fuera difícil disfrutar el día de hoy.

Hablemos en serio muchos de los resultados que tenemos hoy en día son las consecuencias de nuestras actitudes y decisiones del pasado. Así también hoy, nuestras actitudes y decisiones moldearan nuestro futuro. Empéñese por vivir con pasión, gratitud y amor.

Para compartir su opinión, inquietud o sugerencia, puede hacerlo al correo electrónico de hablemosenserio@yahoo.com

Un regalo para usted