Uruguay le gana a Italia

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Por JOSÉ MASTANDREA mar jun 24 2014

Su voz es inconfundible, ronca, áspera, bien uruguaya, de muchacho de barrio, de esos que pese al glamour, la fama y la fortuna, no pierden su identidad ni reniegan de su pasado. Es Francisco Casal, “Paco” para todo el mundo, no sólo para el Uruguay.

Después del triunfo ante los ingleses, y antes de embarcarse nuevamente para Europa, dejó su impronta: “Mirá, y esto que no se tome a mal, lo digo con todo respeto porque lo siento, es un instinto que me nace de acá adentro: si Uruguay le gana a Italia, es campeón del mundo”.

Y suelta la frase como si fuese cualquier hijo de vecino, ni siquiera piensa en las consecuencias y en las repercusiones que traerá. “Uruguay tiene iene buenos jugadores, y un juego colectivo como ninguna otra selección. Si cree en sus fuerzas, si tiene resto físico, le puede ganar a Italia y yo creo que no para más”.

“Paco” es así, visceral, espontáneo, auténtico. Y vuelve a recordar que lo que logra el fútbol uruguayo en el concierto mundial es digno de admiración. “Somos un paisito… tres millones de habitantes y esta selección tiene a dos delanteros dentro de los cinco mejores del mundo. Porque hoy Suárez y Cavani están junto Messi, Agüero y Ronaldo, y el único europeo es Cristiano. Es una barbaridad. Que un país de tres millones de habitantes tenga los jugadores que tiene, solo pasa en el Uruguay. Y todo lo que hicieron los juveniles… es de no creer”.

Confía ciegamente en la Celeste. “Nadie le gana cuando juega como jugó el otro día contra Inglaterra. Vi el partido de madrugada, más tranquilo, y fue fantástico. Fue como lo hizo en Sudáfrica 2010, la nuestra es una selección difícil, dura. Nadie quiere cruzarse con Uruguay, por algo será. Hay que estar orgullosos de estos muchachos, de todo lo que han hecho”, agrega.

No oculta sus sentimientos. “Es que después de los padres y los hijos, la selección es el afecto más grande que uno tiene, siempre fue así y seguirá siendo así”. Y ese sentimiento, lo llevó, en cierta forma a ser lo que hoy es. “En la vida hay cosas que no se hacen por dinero, se hacen por pasión y por convicción. Y yo siempre quise y quiero lo mejor para los futbolistas. De botija lo viví y eso me marcó para siempre. Yo era alcanza-pelotas y tenía a mis ídolos cerca, a unos metros, y años después los veía yéndose en ómnibus a entrenar, sin un peso, contando las monedas, como vi a `Cococho` Álvarez y Juan Joya en Sud América. Eso te marca… mucha gente no sabe en las condiciones que han muerto algunos futbolistas, en las condiciones en que murió Obdulio Varela, por ejemplo, o Julio Pérez, o el “Cotorra” Míguez. Todos campeones del mundo. ¿Sabías que a Obdulio Varela no lo dejaron entrar al Estadio porque el día anterior se le había vencido el carné de la AUF?. Yo veo, leo y escucho, los uruguayos decimos somos campeones del mundo, y no es así, ellos fueron campeones del mundo. Nosotros no fuimos nada. Porque para decir somos campeones del Mundo, hay que ser socios en las buenas y en las malas y esos muchachos terminaron todos mal. ¿Alguien se acordó de Ghiggia?, ¿Alguien se preocupó para saber cómo vive, el hombre que hizo el gol más importante de la historia de este país, de la que todos nos jactamos?. Es muy fácil decir quiero a la selección”.

Lleva el fútbol en la sangre: “Mi vida giraba alrededor de una pelota, de niño, ya sabía que iba a ser jugador. No fui brillante, pero supe lo que era un vestuario, jugar, pelear por los pesos de todos los días. Tuve una infancia muy feliz, en un hogar de laburantes, de clase media baja, pero nunca nos faltó nada, nunca… un hogar en donde había afecto y respeto”.
Todavía quedan sueños por cumplir

“Todavía me quedan sueños por cumplir, y eso me mantiene con la motivación del primer día. No sé si seguiré mucho tiempo como empresario de futbolistas, pero sí tengo claro que en los medios voy a seguir, y me quedan muchas cosas por hacer. Logré lo que pocos lograron, y siempre pensando en el bienestar de los jugadores, en que tengan futuro”.

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