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En un domingo del mes de mayo
el sentimiento torna en poesía
un homenaje a la más bella
de las mujeres de nuestra vida.
Porque del seno de un frágil cuerpo
surge el milagro de la existencia
y de sus manos, cada caricia
forja el futuro de nuestra esencia.
Si yo pudiera, madre querida
darte las gracias por tu ternura
usaría cada palabra
del diccionario de la dulzura.
Que Dios me otorgue tu compañía,
el suave acento de tus consejos
y tu mirada, que me ilumina
cuando camino cada momento.
Para que el día que no estés cerca
en nuestras almas viva el recuerdo
de tu pasaje por nuestras vidas
que es un derroche de sentimientos.
Madre querida.
El poema que antecede es la letra de una danza puertorriqueña que dediqué a mi mamá, quien cuenta hoy con noventa y dos años y todavía es guía e inspiración en mi vida.
El domingo es el Día de las Madres. Ofrece un homenaje al ser que, no solo nos dio la vida sino que forjó nuestro futuro con sonrisas y lagrimas, con caricias y regaños, con amor y sacrificios.
De rodillas… demos gracias a Dios por la extraordinaria sabiduría de haber creado a la mujer.
Nuestro reconocimiento y bendiciones a todas las madres del universo.
Día de las Madres