
Todo el mundo ha oído decir que el principal órgano sexual de los seres humanos es el cerebro. La función sexual normal tanto en varones como en mujeres implica en primer lugar los pensamientos y las emociones, y en segundo lugar los órganos sexuales del cuerpo físico.
Pero la realidad es que el sistema nervioso, circulatorio y endocrino (hormonal) interactúan de forma conjunta para producir una respuesta sexual, la cual tiene cuatro etapas: deseo, excitación, orgasmo y al final la resolución.
El deseo es la inclinación a participar en la actividad sexual. Puede ser desencadenado por pensamientos o señales visuales o verbales, olores, recuerdos.
La excitación es el estado de agitación sexual. Durante la excitación, aumenta la cantidad de la sangre que fluye hacia el área genital, que ocasiona la erección en los hombres y el agrandamiento del clítoris, congestión de las paredes de la vagina e incremento de sus secreciones en la mujer.
El orgasmo es el punto máximo o clímax de la excitación sexual. En los varones, el semen es eyaculado por el pene. En las mujeres, los músculos que rodean la vagina se contraen rítmicamente. Durante el orgasmo, tanto los varones como las hembras experimentan aumento de la tensión muscular en todo el cuerpo y contracción de los músculos pélvicos. Para la mayor parte de las personas el orgasmo es altamente placentero.
La resolución, es una sensación de bienestar y de relajación muscular generalizada, que sigue al orgasmo. Durante la resolución, los hombres no son capaces de tener otra erección durante algún tiempo. El tiempo entre erecciones (período refractario) generalmente aumenta con la edad. Por el contrario, las mujeres, en general, son capaces de responder a estimulaciones adicionales casi inmediatamente después del orgasmo.
La respuesta sexual está controlada por una interacción delicada y equilibrada entre todas las partes del sistema nervioso. Una parte del sistema nervioso, llamada sistema nervioso parasimpático, regula el incremento de flujo sanguíneo durante la excitación. Otra parte, el sistema nervioso simpático, controla principalmente el orgasmo.
Una anormalidad en el flujo sanguíneo al pene o a la vagina, el daño físico a cualquiera de los órganos genitales, un desequilibrio hormonal o el uso de muchos fármacos pueden interferir con la respuesta sexual, aunque el sistema nervioso funcione adecuadamente.
La disfunción sexual puede ser consecuencia de determinados factores físicos o psicológicos; muchos problemas sexuales resultan de una combinación de ambos. Por ejemplo, un problema físico puede conducir a problemas psicológicos, como ansiedad, miedo o estrés y los problemas psicológicos a menudo agravan un problema físico.
Durante las próximas semanas hablaremos sobre la eyaculación precoz, la eyaculación retardada, el dolor durante el acto sexual, y otras problemas sexuales que frecuentemente confrontan las parejas. (Fuente: Merck Sharp and Dohme. España S.A.) Los materiales pueden haber sido adaptados para la mejor comprensión de nuestros lectores.
¿Problemas Sexuales? El deseo, la Excitación y el Orgasmo