
Los indocumentados mexicanos son deportados en mayores números hoy que en el pasado, y por causas menores; además, ahora se les dan cargos criminales que los inhabilitan para volver a Estados Unidos, concluye una investigación del New York Times que utiliza información oficial, la cual muestra que la administración de Obama endureció sus políticas migratorias, mientras que el presidente decía lo contrario en sus discursos.
Obama ha hablado de humanizar la presión contra los migrantes, y ha dicho que quiere tolerancia, pero los datos muestran que ha sido peor con los inmigrantes que George W. Bush, dice el diario.
El Presidente estadounidense ha dicho que el gobierno va contra los “criminales, pandilleros, personas que están haciendo sufrir a la comunidad; no estudiantes, no gente que está aquí sólo porque están tratando de encontrar la manera de alimentar a sus familias”.
Pero los registros internos del gobierno muestran que desde que este Presidente asumió el cargo, dos tercios de los casi dos millones de casos de deportación involucran a personas que habían cometido infracciones menores, incluyendo violaciones de tráfico, o no tenía antecedentes penales, aunque unos 394,000 casos fueron personas condenadas por delitos graves, entre ellos la droga.
La investigación realizada por Ginger Thompson y Sarah Cohen dice que su trabajo se basa en datos del gobierno que cubren más de 3.2 millones de deportaciones en unos 10 años, y que fueron obtenidos bajo el Freedom of Information Act (Ley de la Libertad de Información).
Según los autores, la mayor cantidad de deportaciones fueron de inmigrantes indocumentados cuyo delito más grave fue una violación de tráfico, incluyendo conducir bajo la influencia de alcohol o droga. Los casos se cuadruplicaron de 43,000 durante los últimos cinco años de la administración del Presidente George W. Bush, a 193,000 durante los primeros cinco años de Obama en el cargo”.
Los datos también reflejan la decisión de la administración Obama de imputar delitos a inmigrantes, que antes eran deportados sin cargos formales. En 2013, se presentaron cargos en más de un 90 por ciento de esos tipos de casos, lo que prohíbe a los inmigrantes regresar durante al menos cinco años.
Según el artículo, al no haber podido ganar una reforma integral, la administración emprendió una ofensiva contra los migrantes. Se intensificaron las incursiones de tipo militar en fábricas y granjas, y se ha concedido a la policía local la autoridad para verificar el estatus migratorio de los extranjeros sospechosos de ser indocumentados.
El Congreso apoyó estos movimientos, dice el diario, duplicando el presupuesto de la agencia de inmigración a $ 5.5 mil millones en 2008, e imponiendo un mandato que requiere a la agencia de inmigración detener a un promedio diario de 34,000 inmigrantes.
Obama había dicho durante su campaña: “Cuando las comunidades son aterrorizadas por las redadas de inmigración; cuando madres amamantando son separadas de sus bebés; cuando los niños llegan de la escuela para encontrar que sus padres han desaparecido; cuando las personas son detenidas sin acceso a una asistencia legal, el sistema no está funcionando”. (Despachos combinados.)
Obama dice una cosa y hace otra