Celebremos Nuestra Hispanidad

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El 12 de octubre de 1492 la Hispanidad invadió América. Arribaron ese día tres carabelas, La Pinta, La Niña y la Santa María a las costas de lo que hoy conocemos como “La Española” donde hoy ubican La Republica Dominicana y la Republica de Haití.
La isla estaba habitada por indígenas de raza taína, al igual que lo estaba la isla de Puerto Rico cuando fue descubierta en noviembre 19 de 1493.
Si bien es cierto que los españoles nos despojaron de múltiples riquezas  a través de toda América, dicen muchos, incluyendo al extraordinario escritor Don Manuel García Márquez, que “se llevaron el oro pero nos dejaron el idioma”.
Independientemente de que podríamos argumentar que es imposible ir al supermercado, hacer la compra y pagar con el “idioma”, lo cual tiraría al traste la teoría de cambiar el oro por el idioma… o “chinas por botellas”, la verdad es que, para el bien común de la “América Hispana” nos dejaron el idioma.
Es ese idioma español y la cultura que se ha desarrollado con esas raíces por cientos de años lo que forma nuestro carácter, nuestros valores y nuestras aspiraciones frente al futuro. Es en ese idioma que elevamos nuestra plegaria al Todopoderoso, le cantamos la nana al niño mientras se duerme y lloramos la pérdida de un amigo o un ser querido.
Es en ese idioma en el que pensamos, que reímos, que soñamos. En español celebramos las victorias y sufrimos las derrotas.
Desde la Cuenca del Caribe hasta los confines del Sur Latinoamericano compartimos el mismo idioma, nos entendemos claramente convirtiendo al español en el vehículo principal y común de nuestras comunicaciones.
Fueron los españoles los descubridores de América. Siempre he sostenido que si su intención hubiese sido la de colonizar y permanecer en este lado del globo, en vez de saquear los recursos americanos para regresar con riquezas a España, otra hubiese sido la historia latinoamericana. Las riquezas de aquí se hubiesen quedado aquí… y hubiesen podido contribuir al desarrollo de aquí en vez de al despilfarro de allá.
Pero… nos dejaron el idioma y con él la posibilidad de que, teniendo la capacidad y el deseo de unirnos para darnos apoyo mutuo en todas las gestiones que nos benefician, pudiéramos hacerlo.
Celebremos entonces nuestra hispanidad con el compromiso del abrazo mutuo; con la promesa de la hermandad americana que necesitamos cultivar para ser fuertes.
Felicidades Hermanos.
Celebremos Nuestra Hispanidad