[sam_ad id=”10″ codes=”true”]
En una encuesta realizada la semana pasada el nivel de aprobación pública de nuestro presidente fue de un 47%. Esto quiere decir que el 47% del pueblo apoya las gestiones y pretensiones del presidente mientras que el 53% desaprueba dichas gestiones y pretensiones.
Las encuestas políticas confunden. A veces son manipuladas por elementos sombríos cuya intención, siempre tras bastidores, es manipular la opinión pública.
Si fuésemos a tomar por buenos los resultados de la reciente encuesta tendríamos que concluir que el 53% del pueblo está en contra de que haya un alza en el salario mínimo federal… pero sabemos que no es así. Solamente el GOP continúa proponiendo que dicho aumento causaría una reducción en la disponibilidad de empleos en la nación.
Asimismo tendríamos que concluir que el 53% del pueblo está en contra de la pretensión presidencial de terminar las guerras en Iraq y Afganistán, trayendo nuestras tropas de regreso a casa después de más de diez años de conflictos, hasta ahora injustificados por la historia.
Tendríamos que concluir que la mayoría del pueblo se opone a que se apruebe una ley que termine con la inequidad que representa el problema de inmigración en el país, donde dependemos del brazo del indocumentado para que siembre y coseche nuestros alimentos pero pretendemos castigarle porque realiza “sin papeles” el trabajo que, siendo tan necesario, a ninguno de nosotros nos interesa realizar. Solamente el GOP decide no actuar sobre legislación que ya está lista para su aprobación.
Tendríamos que concluir además que a la mayoría de nuestro pueblo le importa un bledo que sus conciudadanos tengan acceso a los servicios de salud que ahora ofrece la ley y que antes nos eran negados por razones tanto económicas como sociales. Solamente el GOP continúa tratando que desaparezcan esos beneficios.
Habría que pensar que no nos interesa en absoluto que se establezca un proyecto de mejoramiento a nuestra infraestructura que, puesto en efecto, reduciría el desempleo a, por lo menos, un cuatro por ciento a la vez que pondría al día nuestras carreteras, puentes, edificios públicos e infraestructura en las comunicaciones y el comercio.
Que pretencioso es nuestro presidente. Quiere cosas buenas para nosotros, quiere cosas buenas para el país, quiere promover la paz, la diplomacia, el entendimiento humano, la educación de niños y jóvenes. Quiere cambiar la imagen de nuestra nación después que la administración pasada por poco lleva a la nación y parte del mundo a la quiebra económica y moral.
Y todavía aparecen quienes declaran estar desacuerdo con su propio bienestar y el de sus conciudadanos.
Gracias a Dios que el nivel de aprobación pública de los opositores del presidente no llega al 20%.
Nada… cosas del amor y el desamor.
Pretensiones presidenciales