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(Tomado del libro “Tu Ser Superior”, de Mayda Ochoa, que saldrá próximamente al mercado.)
“Todo el mundo conoce el valor del dinero como moneda de cambio, pero no todos conocen la más importante: la moneda con la que la consciencia paga todas sus transacciones: la gratitud.”
Mayda Ochoa
Inventada por los hombres, la ansiedad desmedida por la posesión de dinero y cosas, es casi siempre una fuente de discordia disfrazada de bendición. La moneda de la gratitud, sin embargo, fue creada por Dios, o la Consciencia Universal con su Inteligencia Ilimitada, y su posesión acarrea comprensión, entendimiento, tolerancia y bondad.
Si finalmente lograras atraer toda la fama, la fortuna, incluso el amor y la salud que deseas, pero no supiera apreciarlo… ¿de qué le serviría? Sin aprecio no hay valor, sin valor no hay gratitud, sin gratitud el disfrute tiene una vida muy corta. Si no valoramos lo que tenemos, la vida se convierte en una interminable búsqueda de más, donde jamás se encuentra satisfacción completa.
La gratitud tiene dos facetas
La primera faceta es la gratitud simple, cotidiana, y absolutamente necesaria, de estar agradecidos por las cosas que poseemos: familia, casa, alimento, amor, amigos, trabajo y diversiones.
La segunda faceta, sin embargo, va más allá de sentirse agradecido por las cosas físicas que poseemos, es RECUPERAR una identidad divina donde uno existe en estado de gratitud, donde el agradecimiento hace que nos crezcan alas, en los brazos y en el pensamiento. Y es sólo en ese estado de ampliación, donde todo lo que existe nos pertenece. Es un estado donde todo lo que uno toca, ve, oye o huele… se torna luz, nos ilumina, y se va a iluminar a otros.
Quizás por esa tendencia del ser humano de poner más atención a lo negativo, es por lo que resulta tan fácil llevar una cuenta detallada de todo lo malo que nos pasa: de los malestares, las enfermedades y los problemas que enfrentamos y las cosas que nos salen mal… como una mula cargada de malas noticias que llevamos a cuestas. Algunos llevamos esa mula maltratada en la cabeza; otros se la regalan a los oídos de todo el que esté dispuesto a escuchar la interminable letanía de nuestras penas e infortunios… y pocos nos tomamos la molestia de alimentar y rejuvenecer la vieja mula con los datos detallados de todo lo bueno que nos pasa, y todo lo increíble que poseemos y todo lo fabuloso que vemos.
Olvidando que lo bueno y lo malo son simplemente las dos puntas de este cachumbambé que es la vida: medimos, contamos y pesamos lo malo, sin pensar que si hiciéramos lo mismo con lo bueno, el peso del cachumbambé se iría nivelando…
En un estudio titulado “Contando las Bendiciones Versus los Infortunios…”, los psicólogos Robert A. Emmons, de la Universidad de California, y Michael E. McCullough, de la Universidad de Miami, dicen que las religiones y las filosofías desde hace mucho tiempo abrazaron el concepto de la gratitud como un componente imprescindible en la salud, la integridad, y en el bienestar de la persona; sin embargo, en el terreno científico, la gratitud ha sido el “factor olvidado”.
Los siguientes puntos son un resumen de las conclusiones que ambos científicos han encontrado en sus investigaciones:
1-En una comparación experimental, las personas que llevaron diarios de gratitud semanalmente, hicieron ejercicios más regularmente, se quejaron de menos síntomas físicos, se sintieron mejor en cuanto a sus vidas en conjunto, y se mostraron más optimistas.
2-Los participantes que llevaron listas de gratitud mostraron más progreso en las metas personales importantes.
3-Una intervención diaria de gratitud con adultos jóvenes, dio lugar a niveles más altos en los estados positivos: mantenerse alerta, entusiasmo, determinación, mayor capacidad de atención y energía.
4- Los participantes que se mantuvieron en una condición diaria de gratitud fueron más aptos a ofrecer ayuda a alguien con un problema personal, u otorgar ayuda emocional a otra persona.
5-En una muestra de adultos con enfermedad neuro-muscular, una intervención de gratitud de veintiún días dio lugar a mayor cantidad de sentimientos positivos de alta energía, un mayor sentido de la sensación de conexión con otros, tuvieron una visión más optimista de su propia vida, y mejor duración y calidad del sueño.
(Si a usted le interesa separar uno de los primeros ejemplares de “Tu Ser Superior”, por favor, envíe un email a maydaochoa@gmail.com)
10 Maneras de Agradecer
Las personas que tienen más no son necesariamente más felices. Los que viven con un gran sentido de gratitud, amor y aprecio, reconocen y ven más belleza y valores en sus vidas. Varios estudios científicos sugieren que las personas que cuentan sus bendiciones son más felices y más saludables que las que no lo hacen.
¿Cómo llevar a la practica el sentido de gratitud?
1- Relájate. Nadie puede sentir gratitud cuando está enojado.
2- Olvida el pasado: lo que pasó, pasó; y ya no puedes hacer nada al respecto. Aprende la lección, perdona y continúa viviendo en el ahora para que puedas ver las cosas fantásticas que te rodean en este momento.
3- No te compares con nadie, sino contigo mismo. La comparación es la única manera de percibir que algo no es suficiente bueno. Piensa que hoy eres un poquito mejor que ayer. Lo que tenemos ahora es todo lo que existe, y la comparación es una manera de promover la insatisfacción: “El pasado es historia, el futuro es un misterio y hoy es un regalo y por eso se le llama el presente”.
4- Los placeres más básicos de la vida son generalmente accesibles a nosotros todo el tiempo, pero no los ves porque estas pensando en lo que no tienes, no en lo que tienes. Aprenda a notar las pequeñas bendiciones diarias, la belleza de la naturaleza, la bondad de la gente, el amor de los que te rodean, incluyendo tu mascota.
5- Disfruta el café de la mañana, saborea tu comida.
6- Valora tu sueño, disfruta la tibieza de tu cama y el despertar.
7- Aprecia la risa, y el cariño.
8- Respétate, pero no te tomes demasiado en serio.
9-Persigue tus sueños, pero sin perder el sueño.
10-Mantén un diario de gratitud . Antes de irte a dormir, repasa todos los días las cosas buenas que te pasaron, la belleza que viste, el amor que diste y recibiste.
La Ley Natural de La Gratitud